La enfermedad periodontal en los perros consiste en la inflamación de las encías (gingivitis) y la acumulación sarro junto a otras alteraciones de la cavidad oral.
Es algo muy fácil de detectar por los propietarios, abriendo la boca o levantando los belfos, no obstante en los exámenes rutinarios anuales en su veterinario también se revisa.
Los signos más comunes son una excesiva salivación, halitosis (mal aliento), masticar solo por un lado, castañeteo de dientes, lamido de los belfos, rechazo de comida dura, etc.
Síntomas de la enfermedad periodontal
El acumulo de sarro puede llevar a provocar una infección y los siguientes efectos:
A nivel local:
- puede ocasionar fistulas oro-nasales y rinitis
- formación de abscesos
- fracturas de piezas dentales, e inflamación
- mayor incidencia de tumor oral
- fracturas de mandíbula
A nivel sistémico (órganos):
Hígado:
Se ha demostrado que la invasión bacteriana del hígado procedente de la enfermedad periodontal aumenta la inflamación parenquimatosa, fibrosis portal y colestasis en perros.
Riñón:
La filtración renal pone a las bacterias periodontopatógenas en contacto directo con el endotelio y, por lo tanto, aumenta la probabilidad de que las paredes capilares glomerulares se vean afectadas además contribuyen a la formación de complejos inmunitarios en el riñón, lo que produce glomerulonefritis, que puede propagarse por sí misma. Estos cambios pueden provocar una inflamación crónica y una cicatrización secundaria del órgano, lo que ocasiona una disminución de la función a lo largo del tiempo.
Corazón
La enfermedad periodontal se ha relacionado con cambios significativos en el sistema cardio-pulmonar. Varios estudios han sugerido que las bacterias orales pueden adherirse a las válvulas cardíacas dañadas previamente, lo que lleva a la endocarditis. También hay estudios veterinarios que han observado un aumento significativo en la incidencia de cambios en la válvula atrioventricular con la enfermedad periodontal. (Pavlica et al 2008). De hecho, un informe mostró que el riesgo de endocarditis es aproximadamente 6 veces mayor en los perros con enfermedad periodontal en etapa 3, en comparación con el riesgo de los perros sin enfermedad periodontal.
Otros efectos nocivos:
Diabetes mellitus Numerosos estudios han establecido un fuerte vínculo entre la diabetes y el aumento de la enfermedad periodontal, así como entre la enfermedad periodontal y el aumento de la resistencia a la insulina.
Malignidades: Estudios recientes proponen un vínculo entre la enfermedad periodontal y la neoplasia distante, como los cánceres gastrointestinales, renales, pancreáticos y hematológicos Inflamación crónica: Se ha demostrado que la enfermedad periodontal puede provocar un aumento de los lípidos inflamatorios así como un estado lipídico.
Mortalidad temprana: Un indicador sorprendentemente significativo del grado en que la enfermedad periodontal afecta la salud general se demuestra en los estudios de mortalidad. Cuando se descartan todos los demás factores de riesgo, se ha demostrado que la enfermedad periodontal es un predictor significativo de mortalidad temprana en seres humanos.
Grados de enfermedad periodontal (0, 1, 2, 3 y 4):
Grado 0: Clínicamente normal.
Grado 1: Solo se aprecia gingivitis sin pérdida de los tejidos de soporte dentario.
Grado 2: Leve periodontitis, con pérdida de menos del 25% de los tejidos de soporte dentario y grado de furca(1) 1 en dientes multiradiculares.
Grado 3: Moderada periodontitis, del 25-50% de pérdida de los tejidos de soporte dentario y grado de furca 2 en los dientes multiradiculares.
Grado 4: Grave periodontitis con más del 50% de la pérdida de los tejidos de soporte dentario y grado de furca 3 en los dientes multiradiculares.
*furca: zona donde la raíz se divide en dos o más ramas.
*multiradicular que tiene varias raíces.
* grados de furca: según la profundidad de penetración de la sonda periodontal a la furca.
Tratamiento:
El mejor tratamiento es la prevención. Hay gran cantidad de productos y distintos formatos que ayudan a mantener la salud dental de nuestras mascotas, especialmente, la de aquellas razas predispuestas.
La mejor opción siempre es acostumbrar a nuestro perro a un cepillado frecuente de los dientes, ayudado de otros complementos (palitos, polvos, croquetas) con propiedades químicas para detener el sarro.
Si ya tiene desarrollado una gran placa de sarro, nuestro veterinario nos recomendará limpieza bucal.